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crisis. Se produjo un colapso general.
La que más sufrió fue «Astounding Stories». De las tres, había sido la mejor acogida en
cuanto a circulación y beneficios supongo , pero los editores tenían otras dificultades,
producto de la Depresión, y cuando el corazón murió los miembros se marchitaron.
La «Astounding» de junio de 1932 fue la decimotercera y última de periodicidad
mensual. En adelante, la revista pasó a ser bimensual. Así aparecieron cuatro números
más pero, con el de marzo de 1933, la «Astounding» de Clayton murió.
La pérdida de la «Astounding» de Clayton no me entristeció demasiado, porque no me
había gustado nunca. Ahora bien, era evidente que su fin hacía presagiar más dificultades
para todo el género. Según avanzaba 1933, se acumulaban cada vez más indicios de que
pronto no quedarían revistas de ciencia-ficción.
Después del número de junio de 1933, «Wonder Stories» también pasó a ser
bimensual, y en noviembre de 1933 volvió al tamaño «pulp», esta vez para siempre.
«Wonder Stories Quarterly», después de catorce números sucesivos de periodicidad
trimestral los tres primeros se llamaron «Sience Wonder Quarterly» , murió final-
mente con el número del invierno de 1933.
Como siempre, «Amazing Stories» era la mejor, pero incluso ella se debatía entre
dificultades. En primer lugar, cambió de aspecto. Desde que empezó a publicarse, el título
«Amazing Stories» había figurado en la cubierta en letras mayúsculas, con una A inicial
gigante seguida de las demás en rápida disminución de tamaño. En 1933 esta gradación
desapareció y, en evidente esfuerzo por ganar lectores dándose un aspecto más
respetable, «Amazing Stories» apareció con titulares de tamaño uniforme, cruzando
diagonalmente la cubierta. La ilustración de cubierta pasó a ser más monocroma y con
pretensiones modernistas.
La aborrecí entonces y, cuando Sam Moskowitz me envió el número que incluía
Tumithak en Shawm y descubrí que tenía la cubierta del nuevo estilo, la aborrecí una vez
más.
A mediados de 1933, «Amazing Stories» faltó de las estanterías por primera vez en sus
siete años y medio de existencia. Luego salió un número de agosto-septiembre de 1933.
No obstante, esto no significó el paso a la periodicidad bimensual. Con el número de
octubre de 1933, «Amazing Stories» reanudó su aparición mensual, pero había pasado
también al formato «pulp». Es decir que, a fines de 1933, las revistas de ciencia-ficción en
formato de lujo habían desaparecido. (Más adelante hubo varios intentos de volver a
lanzar revistas de ciencia-ficción en formato grande, pero todos fracasaron.)
En cuanto a «Amazing Stories Quarterly», salía cada vez más irregularmente. Sólo
fueron publicados tres números en 1932, dos en 1933 y uno, el último, en 1934.
Cuando peor era el desastre, empezaron a asomar algunos indicios esperanzadores.
«Wonder Stories», que había pasado al formato «pulp», regresó a la periodicidad
mensual. Y «Astounding Stories» tuvo una sorprendente resurrección.
Ocurrió que la editora Street & Smith Publications, Inc., adquirió «Astounding Stories»
después de la bancarrota de Clayton, y decidieron publicarla por su cuenta. El primer
número lanzado bajo el nuevo régimen fue el de octubre de 1933.
Al principio no parecía que eso fuese a tener mucha trascendencia. Los primeros
números publicaban el material de que se disponía antes de que muriese la «Astounding»
de Clayton, y no me gustaron.
Pero el nuevo director, F. Orlin Tremaine, que iba a desempeñar ese cargo durante
cuatro años y medio (época que actualmente se denomina «la Astounding de Tremaine»),
llegaba cargado de ideas nuevas y revolucionarias. Muy pronto podríamos constatar los
resultados de tal metamorfosis.
FIN
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